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viernes, 24 de septiembre de 2010

MONTSERRAT: LA MONTAÑA SAGRADA DE CATALUÑA (II)

MONTSERRAT Y EL CÍRCULO DE WEIMAR

Por Octavi Piulats*

En 1800, en los orígenes del Romanticismo, Montserrat volverá a mostrar su energía griálica. En ese año Guillermo de Humboldt (en el dibujo) viaja a España en un viaje crucial para la cultura europea.

Guillermo forma parte del círculo alemán cultural de Weimar (el círculo del que saldrá el Romanticismo) y es amigo personal de Goethe y de Schiller. El impacto que las formas y las ermitas de la montaña tienen sobre Humboldt lo va a llevar, al final de la ascensión y llegada al monasterio, a una experiencia mística. Revive en su interior, sin proponérselo, la odisea del hermano Marcos, el personaje central de un poema religioso de J.W. Goethe (en el retrato de abajo) denominado Los Misterios.


Humbold está atónito, porque la mayoría de las formas y los acontecimientos que Goethe (en el retrato) menciona en aquel poema se le ofrecen ante sus ojos, y sin embargo Goethe NUNCA ESTUVO EN MONTSERRAT. El entusiasmo de Humboldt sube al máximo cuando visita las doce ermitas y compara la vida de aquellos hombres con la de su amigo Rousseau; se admira Humboldt de la vida vegetariana y sencilla de aquellos anacoretas en lugares inverosímiles. Todavía hoy Montserrat nos presenta una naturaleza intocada, salvaje y original, a pesar de la embestida de la industrialización.

De aquella vivencia Humboldt redacta un ensayo hoy en día famoso, El Montserrat, que fue traducido al castellano por Unamuno. Ese ensayo será enviado a Goethe en Weimar. Cuando Goethe recibe el ensayo su contenido le produce una gran impresión, a tal extremo que invita a Schiller a su casa y le muestra el manuscrito. La espiritualidad de Montserrat ejercerá a través del ensayo de Humboldt su influencia sobre ambos personajes. Con respecto a Schiller, meses más tarde tratará por medio de una frase genial de explicar la atracción que ejerce la montaña. Según Schiller la montaña se encuentra por sus formas aislada de su entorno, y al hombre que se acerca a ella le sucede lo mismo, se siente aislado del exterior y ensimismado en su interioridad; va así al encuentro con lo espiritual interior, lo más elevado.


Impresionado por la tesis de Schiller, Goethe reflexionará durante años sobre Montserrat y su significación, y años más tarde, en una respuesta a un grupo de escolares para explicar el contenido de su poema, escribirá la frase clave: “el ser humano sólo puede encontrar paz y felicidad en su propio Montserrat”. Con esta frase Goethe coloca a Montserrat en el imaginario romántico europeo; la pone como símbolo de una evolución o crecimiento espiritual elevado en el ser humano. La felicidad del ser humano reside no en lo exterior sino en su interior, y sobre todo en su parte más elevada y divina, en la experiencia de su evolución hacia el descubrimiento de su destino, y eso queda idealizado por la metáfora de Montserrat. Las ideas de Goethe sobre Montserrat serán recogidas por autores románticos, y se pondrán en conexión con el Perceval de Wolfrang von Eschenbach. Eso dará pie a que Richard Wagner, cuando escriba el Parsifal en el siglo XIX, sitúe el castillo del Grial, Montsalvatge, en el escenario del Montserrat catalán.

EL ROMANTICISMO CATALÁN Y EL JOVEN GAUDÍ

El Romanticismo catalán redescubrió para Cataluña la significación espiritual de la montaña que Europa le había concedido. Entre los numerosos poetas que versificaron sobre la montaña destacaremos a dos: Jacint Verdaguer y Joan Maragall, y a un arquitecto genial: Antonio Gaudí.

Verdaguer es una de las figuras centrales de la conocida Renaixenca catalana y una figura central del romanticismo patrio. Aparte de crear en gran parte la misma lengua catalana y de explicarnos el simbolismo de Cataluña en su poema L’Atlàntida, Verdaguer se sintió ya desde muy joven fascinado por la montaña de Montserrat. Fue él quien se dio cuenta, en sus excusiones, de que en las ermitas troglodíticas estaba presente una energía de gran intensidad. También fue Verdaguer quien bautizó algunas formas de la montaña y nos señaló algunas rutas esotéricas prácticamente desconocidas en su época. Pero su culminación estuvo por supuesto en la inspiración que le llevó a poner letra en poesía mística al Virolai, el Himno de Montserrat y puede decirse de Cataluña (por cierto muy diferente de ese himno violento y oscuro que es Els Segadors) y también en la construcción de la leyenda de Fray Garí. En el Virolai Verdaguer sostiene la tesis de la intervención de entidades angélicas en la formación geológica de la montaña y su conexión astrológica. Es Verdaguer quien asegura que los espíritus post-mortem de los habitantes de Cataluña tienen en Montserrat su puerta de acceso a otra dimensión, y es plenamente consciente el poeta catalán de que Montserrat es el Sinaí catalán; constituye el monte sagrado de esta nación, porque la inspiración espiritual de sus habitantes desciende y asciende por las “puertas de la montaña”. Por otra parte con la Leyenda de Fray Garí señala, siguiendo a Ramon Llull, que la figura del ermitaño en Cataluña es clave para la evolución espiritual.

Gaudí

Escasos años después encontramos a Joan Maragall, otro poeta catalán, fascinado por la montaña. Maragall había traducido a Goethe y al filósofo Friedrich Schelling y por tanto conocía o barruntaba probablemente las tesis románticas europeas sobre Montserrat como montaña de iniciación al crecimiento personal. Maragall, en sus poemas sobre Montserrat, apunta y explora el carácter femenino de la montaña y es capaz de conectar con el arcano divino femenino, con la cultura de la Gran Diosa que una vez, en la época megalítica, fue adorada en esta montaña.

Pero quizás el catalán más universal fascinado por Montserrat sea el arquitecto Antonio Gaudí. El encuentro del joven Gaudí con Montserrat tuvo lugar a finales del siglo XIX. Por aquel entonces Gaudí era estudiante de arquitectura y viajó a Montserrat como ayudante de un arquitecto de gran prestigio, F.P. Villar Lozano, a quien el abad de Montserrat, el padre Muntadas, había encargado la construcción del camarín de la Virgen. El camarín de la Virgen y su capilla posterior, aprovechando el ábside de la abadía, constituye sin lugar a dudas el lugar más mágico de la Iglesia, y está realizado en el más puro estilo romántico, con gran policromía. Por anotaciones sabemos que el joven Gaudí tuvo un protagonismo importante en la colocación de frisos y estatuas, y es por tanto probable que la situación de los ocho gigantescos ángeles y sus extrañas posiciones múdricas (**) de manos y brazos no fueran ajenas al joven estudiante de arquitectura. Pero más adelante, ya como arquitecto de prestigio, Gaudí continuaría realizando monumentos místicos en la montaña, como la Resurrección en los llamados ‘Misterios’. Pero lo fundamental es que las formas de Montserrat quedaron grabadas para siempre en la arquitectura tectónica y cavernaria de Gaudí, y todas sus construcciones llevan el sello de las curvas y las calizas montserratinas, así como la espiritualidad de la montaña impregna todas sus casas, a veces incluso con referencias directas a la Virgen Moreneta. Tampoco hay que olvidar que la Sagrada Familia está inspirada en unas formaciones estalagmíticas que se encuentran en las cuevas montserratinas del Salnitre en Collbató.


CONTINUARÁ...

MONTSERRAT: LA MONTAÑA SAGRADA DE CATALUÑA (I)


(*) Octavi Piulats se licencia en Filosofía por la Universidad de Barcelona y becado por el Gobierno Alemán en 1979 realiza su doctorado en Filosofía en la Universidad J.W. Goethe de Frankfurt con una tesis sobre Hegel y el mundo antiguo. También es becado por la CIRIT del Gobierno de la Generalitat. En Alemania estudia asimismo los movimientos sociales disidentes y forma parte en 1981 del partido ecologista alemán Die Grünen estando en contacto con Petra Kelly. Fundador de la revista Integral, a  principio de los noventa se incorpora como profesor de filosofía a la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona.

(**) "Mudra" significa gesto. Los mudras son gestos corporales que se utilizan especialmente en el yoga de la meditación.

4 comentarios:

  1. Hola que tal¡

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    Exitos, un beso

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  2. Me encanta esta historia, no conocía la importancia cultural de esta montaña en el imaginario colectivo de los catalanes. Aunque española, le escribo desde Noruega. Besos.

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  3. ¿Es verdad qué hay un lago subterráneo en Montserrat?

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  4. Hola, Manel

    Pues la hipótesis del lago subterráneo es algo que siempre se ha hablado sobre Montserrat, pero la verdad es que, de momento, no tenemos datos ni para afirmarlo ni para negarlo. Ahora bien, hay algunos indicios que podrían apuntar a la teoría lacustre. Existe el fenómeno de la “fonts mentideres” (fuentes mentirosas). En Montserrat hay 10, que se conozcan, de estas fuentes. Están secas, sólo brota agua cuando llueve mucho. Pero claro, se cree que existe un sistema subterráneo que une lugares muy alejados entre sí. Por ejemplo, una lluvia muy intensa en Collbató, puede hacer brotar agua en una de estas fuentes en Monistrol, al otro lado del macizo.

    Luego está la teoría de los geobiólogos, que nos hablan que en los iones del agua subterránea, el magnetismo de las rocas y las particulares formas de la montaña que harían las veces de antenas, serían una explicación a los efectos beneficiosos en algunas personas.

    Y por último está la historia de un monje. El padre Joana dejó escrito un opúsculo en 1801, en el explica como, acompañado por otras personas, entraron por las cuevas del Salnitre y llegaron hasta un acantilado y vieron un gran río subterráneo. Desgraciadamente nunca se ha podido comprobar, porque las actuales cuevas del Salnitre se interrumpen bruscamente en una pared. En fin, quizá algún día Montserrat nos descubra sus secretos intraterrenos, pero mejor que no, así podemos seguir imaginando.

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